Sin duda, las bajas calificaciones de los niños es un tema que frecuentemente causa algún
tipo de malestar en los padres de familia, ya sea enojo, tristeza,
preocupación, ansiedad, etc.
Lo cual nos lleva a tomar alguna medida de intervención, que por lo general son castigos y regaños para
el niñ@. Estas medidas se acompañan de
gritos, insultos, comparaciones con otros niños, amenazas, prohibiciones y
golpes. Atentando directamente la
autoestima del niñ@ y su integridad física-
emocional. Olvidándonos de conocer cuál es realmente el origen de sus
dificultades en la escuela o si realmente es una dificultad.
Afirman que en cierta ocasión el genio de Albert Einstein
desmintió que sus descubrimientos fueran fruto de su brillante inteligencia. De
hecho, él mismo presentó diferentes problemas de aprendizaje durante su etapa
escolar, que lo relegaron a un plano muy discreto. Einstein aseguraba que todo
el mérito no era tanto de su inteligencia, sino de su perseverancia. En otras palabras
tenía una gran motivación para triunfar en aquello que se propuso.
Cuando un niño se enfrenta al reto de ir a la escuela,
asumir aprendizaje, hacer exámenes y
aprobar, sus resultados van a estar determinados por diferentes factores, en
este caso se mencionarán los siguientes:
1- Su capacidad
intelectual. Es decir, su potencial de aprendizaje.
2- Su motivación
para el estudio.
Es fácil adivinar que un niño con un buen potencial de
aprendizaje y una baja motivación tendrá malos resultados, haciéndose esto más
evidente a medida que el niño se hace mayor, ya que dependerá de más trabajo y
horas de estudio. No obstante un niño con un potencial de aprendizaje normal o
ligeramente bajo, pero con una alta motivación probablemente sacará adelante
los cursos.
Podríamos concluir que la motivación para el estudio es un
factor de gran importancia para predecir el rendimiento escolar de un
determinado niñ@, si bien, es de esperar que un buen cociente intelectual (CI)
facilite el aprendizaje y por ende la motivación del niñ@ para estudiar, pero
no siempre será así.
Retomando lo anterior, una buena capacidad intelectual sin
motivación puede llevar al fracaso escolar, y, un niño que tiene capacidades
limitadas o un trastorno específico del aprendizaje puede hacerle perder la
motivación por el estudio.
Por tanto si hay sospecha de cualquier dificultad en el
aprendizaje, paralelamente a motivarle en sus deberes, deberíamos efectuar una
evaluación para detectar estas posibles dificultades ya que si nos quedamos
sólo en motivarle y no somos capaces de darle los recursos y medios que
necesita para tal aprendizaje, probablemente no avanzaremos.
Para esto es recomendable acercarnos a un profesional lo
más rápido posible y de esta manera evitar
que la problemática crezca con el paso del tiempo y afectar la integridad de
nuestros niñ@s sin darnos cuenta.